El proyecto se desarrolló en la comunidad de Ganda Hala, en la región de Oromía (Etiopía), con el objetivo de mitigar los efectos de la crisis provocada por la COVID-19 en 80 familias. Se buscó, principalmente, reducir la inseguridad alimentaria mediante el acceso a alimentos nutritivos y suplementos, mejorar las condiciones sanitarias a través del suministro de productos de higiene, y fomentar la autosuficiencia alimentaria mediante la creación de pequeñas granjas y el reparto de semillas y fertilizantes.

Entre los logros alcanzados destacan la entrega de comida suplementaria para familias en situación de riesgo, beneficiando especialmente a la infancia, y la mejora de la economía doméstica mediante la entrega de pollos, gallinas, semillas y fertilizantes. Asimismo, se distribuyeron productos de limpieza y se brindó formación en higiene, con el apoyo de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA), que facilitó la sensibilización sin generar costes adicionales para el proyecto.

Las actividades se realizaron en la misión de Muketuri y contaron con la participación directa de las 80 familias beneficiarias. Si bien algunas acciones previstas, como talleres formativos, no fueron ejecutadas con presupuesto del proyecto por estar cubiertas por MCSPA, esto permitió redirigir recursos a la compra de más alimentos. En conjunto, el proyecto logró amortiguar los efectos del confinamiento y la crisis económica, reduciendo la inseguridad alimentaria y mejorando la calidad de vida de una población especialmente vulnerable.